Los falsos profetas y los fariseos abundan en las iglesias. La religión se nutre de estos falsos profetas y de los fariseos. Muchas religiones se basan en la fe interesada de aquellos que las promueven.

Alegoría del Fariseo

Al ido lo llama ejemplo,
con cruces troza la pulpa,
olvida su “mea culpa”
y pide le den el templo.

Es rico empinando el codo,
de verde papel la fama,
canijo cartón su flama,
maligna señal del lodo.

Su mano lo pesa todo.
No divulga, más infama,
prisma luz, del miedo gama,
ribera del cuasimodo.

Ora, carnaval innoble,
loro, ficción y trompeta,
sotana sin el profeta
el diezmo lo exiges doble.

Si el Sumo tuviera altura
y abrazara la razón,
al zar negaría el don
del cuento que sirve el cura.

por José Vidal - Pepín 2007 ©

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