El debate de la guayaba
Un bombón de chocolate
y un casquito de guayaba
preguntaron qué faltaba
para romper un empate,
entre el sabroso aguacate
y un pastelón de ciruela;
que pedían de la muela
un aventón a la pipa.
Y la guayaba se entripa
por ser terca como suela.
Si le buscas un sentido
a este sin par debate
de guayaba y chocolate,
mejor entona un corrido:
porque guisará un cocido
con su pepita de baba
y nunca pondrá la aldaba
al estomago travieso,
dejándolo oliendo a queso
con sus vientos de guayaba.
por José Vidal – Pepín 2007
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