Deseaba un suave beso, fui a tomarlo de su boca y en mi labio dejó impreso el mutismo de una roca.
Pregunté a un monje sabio, él me dijo la razón: -Puede un beso ser del labio y no ser del corazón-.
Si tu beso sabe al suyo no lo des, tenme piedad, porque el beso, por ser tuyo, lo deseo de verdad.
José Vidal - Pepín
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