Yo, fui cisne

Del cielo cayó una rosa
y a la tierra fue a parar,
a los dioses del Olimpo
una flor ha de faltar.
Ausente creció sin huerto
al amparo de un trigal
y de noche la cubría
el gran manto celestial.

Los capullos eran fuego,
encendidos al pasar,
a sus manos retornaba
el ave sin palomar.
Flor de lumbre, flor del campo,
nacida en el pedregal,
eras agua y eras viento,
¡la fuente del manantial!

Un cisne labró en tu tallo,
los romances son del mar,
la ternura tiene abrazo
y te deseo abrazar.
De las aguas tomo acordes
y le canto un madrigal
a la rosa del camino
que nació sin un rosal.

Pero llega el crudo invierno
y no puede renegar
la llamada de natura
ningún ave del lugar.
Voló el cisne, sin la rosa,
su destino es ritual,
tempo largo, rumbo al sur,
la sentencia capital.

Todavía resplandece,
arreboles por llegar,
torna el cisne de su viaje
y a la rosa fue buscar.
Desolada en la pradera
se quedó sin su caudal,
el invierno hirió la rosa
y su golpe fue mortal.

En un puente vi aquel cisne
Perdió el lustre de volar
cuando llega el duro invierno
a una rosa va a llorar.                                                                                    Yo, fui cisne alguna vez
y le canté un madrigal
a la rosa del camino
que murió sin un rosal.

 

José Vidal - Pepín 2007 ©

email: jvidal77@hotmail.com

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